Sueño con un par de cafés
en el medio de una charla amiga,
un darse la mano
y en la despedida decir hasta pronto,
sin sentir la pena que el adiós obliga.
No quiero el llanto, ni el grito violento,
ni el reclamo urgente por lo que termina,
quiero que al marcharnos nos quede al menos
el respeto mutuo que siempre existía.
La pena es un lastre que pesa bastante y abre heridas,
los sueños se rompen y de los silencios surgen pesadillas.
El adiós silente seria insoportable, por eso te pido,
en nombre del cariño que fuera y hoy se termina,
un par de cafés, un beso, un abrazo, y una rosa roja
como el primer día…
Zyanya@
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