El Sello de la Rosa

Un espacio donde podrán encontrar un poco de mis emociones.
Poemas y pensamientos de Laura Zyanya Bastida.
¡Bienvenidos!

domingo, 27 de enero de 2013

DECIR








Digo te amo y no es decisión mía, 
ha hablado ese pequeño latido que aún me habita, 
de tus labios el sentimiento reconoce la sonrisa 
y sabe que no es un cierzo tu mirada.

No soy yo... 
Es mi mano que se hace sonido para romper nostalgias, 
desde alguna esquina ha decidido que el silencio es hielo 
y necesitados estamos de un cálido sol que se haga más que recuerdo. 

Digo te amo y se callan todos los rumores, 
la certeza asoma sin sorpresa alguna. (Ella ya lo sabía)
El tiempo no logra atrapar el pasado de mis ojos... Ni hacerlo preso. 

De besos no entregados ha conocido el alba, 
y hay insomnios que suspiran a la ausencia que te ha adoptado,
ni cerrando puertas he podido evitar que el aire penetre y traiga tu voz, 
has sido ese musical sonido que repite cual eco un te amo eterno...

Digo te amo, y se rompe la noche, 
se fragmenta el sonido callado... 
Y estalla mi voz.

Zyanya@
© Derechos Reservados





domingo, 13 de enero de 2013

CON LA SOLEDAD



Uno se acostumbra a la soledad, a los pasos pequeños, a los silencios largos, al tic-tac incansable de un reloj sin tiempo...


Con cuanta facilidad se deja de mirar los horizontes, las hojas que caen en otoño y los brotes que surgen en la primavera. Respirar se vuelve tan cotidiano que algunas veces no le damos importancia al ritmo que nos permite la vida, al rayo de luz reflejado en el charquito que ha dejado la lluvia en una tarde sin viento.
¿Cuántos "te quiero" se han quedado sin voz?¿ Cuánto hemos dormido con los ojos abiertos? ¿Cuántos sueños han sido condenados a no ser más?
Ir sin ruta hace sentir que se está en el mismo sitio pero corriendo siempre, hacia todos lados sin llegar a ni ningún lugar.
La prisa por cosas que jamás nos llenan y siempre nos vacían... El tiempo sin tiempo para todos los que importan.
Con tanta carga de cosas inservibles se nos arquea la espalda, y nos ocupan los brazos que se olvidan de sostener al que cae, de abrazar a quien nos espera siempre soñando que un día al fin será diferente.
Y los días se van, y el tiempo no vuelve...
¿Cuántas olas de mar hemos dejado de mirar porque tememos mojarnos los pies si pisamos su orilla?
Entre el bullicio incesante dejamos de escucharnos, el corazón nos grita y lo ignoramos casi siempre.
Hay tantas montañas que nos esperan, no para ser conquistadas, sino para contemplar desde ellas las maravillas que aún se extienden en el horizonte... Y nos hemos vendado los ojos, porque "ojos que no ven..."
¿Hace cuánto no respiramos un amanecer por el simple placer de hacerlo a solas?
La soledad no es un lastre, es una voz cierta cuando uno se permite asomar hacia dentro, es un espejo limpio y un cuaderno en blanco donde mucho se puede anotar.
Con la soledad como compañía, llorar es tan valido como reír cuando no hay otra forma de gritar una pena o compartir una alegría, lo no permitido, es levantar muros que nos aíslen, crear un mar y permitirnos el naufragio, aferrarse a una soledad malentendida, y que en ella nos ahoguemos porque no hay una mano que nos sostenga, un muelle hacia el cual nadar, o una isla donde antes ya hemos ayudado a llegar a otros.

Zyanya@
© Derechos Reservados

miércoles, 9 de enero de 2013

AÚN





Quisieron arrancarme el corazón de un tajo,
él se negó al exilio, se afianzó a mi pecho,
y sigue ahí, latiendo…

Aún no ha caído la última hoja de nuestra historia,
y es entonces que me niego a nombrarnos en pasado.
¿A quién se le ocurre decir que el amor que no se toca
no existe?
Me desnudé la prisa y dejé caer mi lluvia en un lago para lavar la desesperanza, comprendí que vives conmigo, en mí.
Mientras esperaba la noche vi morir el ocaso, pensé; habría que ser siempre gaviota para no sentir como se estalla siendo nube, es mejor continuar volando.
Quejosa, me reclamó la noche los silencios y las ausencias, tuve que contener los suspiros para no romper la promesa que mantenía tu nombre como un secreto.
A la noche y a ese viejo cartero que es el viento, les gusta contar historias y repetir junto al eco todos los secretos que se les liberan.
Los sauces no lloran, ¿lo sabes? Ellos se estremecen con la caricia del viento, repiten quedito cada murmullo de los amorosos, de aquellos que no han podido guardar para si mismos sus secretos.
Y hay quienes se internaron en el bosque de los solitarios, van grabando en sus troncos nombres de todos los ausentes, entonces, los sauces si lloran. ¿Quién no llora cuando se siente herido?
Es por eso que me he zurcido los labios y anudado las palabras a mis dedos, mi lluvia es ligera y no contamina con ruido, aquí no hay tormenta, sólo se han humedecido todas las hojas donde nos hice presos, secuestradas en ellas,  las letras no pueden dejarnos escapar, somos libres siendo prisioneros.
Por amarte aun en ausencia me han llamado loca. ¿Qué piensas?
Acaso sea porque que han escrito que el amor es una mano que entrelaza los dedos de otra mano. (Y la tuya no está a mi alcance)
Ellos creen que el amor sólo existe si se toca.
Pero aún te guarda mi corazón que late, y digo aún, no como sentencia de que dejará de serlo, es la confirmación de una oración que ha guardado como un secreto desde siempre tu nombre.
¿La recuerdas?
“Eres mi primer pensamiento del día… Y el último cada noche.”
Zyanya@
© Derechos Reservados

martes, 1 de enero de 2013

EN PRIMERA PERSONA


Lo reconozco,
he sido el peor conflicto 
de la razón 
contra mi locura.

Ciego, 
el corazón ha dirigido los pasos
y causado el despeñadero 
del amor propio.

He andado en falso,
y es absurdo recorrer la orilla 
cuando se sabe 
que no tiene fin el abismo.

Sé de caer y levantarse,
de obtener certificado de supervivencia 
en la eterna lucha 
contra uno mismo.

Hoy todo sobra 
si no logro encontrar 
dentro de mí 
mi propio espacio.

Y ahora, 
en primera persona sé, 
que viviendo  
el verbo ser se magnífica.


Zyanya@
© Derechos Reservados