(Terciopelo Azul- Óleo/ Mar Sanchez- Granada España)
Tatué mi piel con tus besos,
cobijé las caricias de tus manos
y mi pupila se guardó tu imagen
para recordarte en las ausencias.
Estrené las caricias en tu cuerpo
para quedarme en ti de permanente,
para no ser papiro disuelto de amaneceres
donde tantas veces dibujaras figuras inexistentes.
Lasciva de ti,
archivé los olores de tu piel atesorados por mi olfato.
Bebí de la fuente, esa cascada inagotable de tu sexo
donde nace la vida,
ya no será en mí que se desborde su lecho.
Para no olvidarte, mi mente se grabó
la actitud tuya de esfinge
inalcanzable, pirámide de mis deseos
que hoy son atrapados en la esfera metálica
del adiós sin palabras.
Éste que me queda como verdad absoluta
de tu descontento por ser amado,
porque en ti solo brilla el silencio
de la piel que se hunde en los excesos,
pero que de amor, nunca permite ser preso.
Volcado el corazón, se ahogó el ruego.
Sabido que inmutable has de ignorarlo,
se ocupó la piel de disfrutarte
e ignorar el sentimiento humano.
Para no olvidarte
y evitar caer de nuevo en este juego,
el corazón salió del pecho,
en su lugar quedo tu nombre ...
¡Tatuado en fuego!
Zyanya@
© Derechos Reservados