Me has regalado el espejo de tus ojos
y es en ellos mi desnudez perfecta,
dibujan tus suspiros las lineas de mi sexo,
templo donde has de quemar
el incienso de tus oraciones.
Te llevas la helada y en tu respiración florezco,
todas las estaciones nacen en tus manos
sin morir en mi cuerpo, tu ansiedad oculta
se muestra sonora en cada suspiro.
Llueve afuera y la noche se desviste
para acunarse en nuestro lecho,
reposa tu boca en mis columnas de carne,
la llama de tu mirada reinicia el incendio,
respiro mientras alcanza tu lengua la calidez de mi ombligo.
Urgido me escalas, todo queda a tu alcance,
llenas tu boca con mi flor de loto que para ti se abre,
suavemente la deshojas, como lenguas de fuego
tus dedos aprisionan mis senos.
Desesperada me descubro en tu pupila,
cual amapola mecida por el viento, tiemblo,
no hay límites que me protejan,
los signos indescifrables de tu sonrisa
me hacen el amor sin tocarme.
Zyanya@
© Derechos Reservados
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