El Sello de la Rosa

Un espacio donde podrán encontrar un poco de mis emociones.
Poemas y pensamientos de Laura Zyanya Bastida.
¡Bienvenidos!

viernes, 10 de mayo de 2013

Morir



La muerte se guarda en mis ojos
Y el tiempo ignora
mis prisas.
Muerde mis sueños
y se atraganta mis días.
¿Quién puede esconderse de ella?
Algunas veces
asoma desde mi boca
intentando matar el silencio.
No hay infancia,
se rompe en su puño,
es alma vieja
buscando nuevo envase
que contenga de ella,
el momentáneo escape.

Zyqanya@
© Derechos Reservados

miércoles, 8 de mayo de 2013

Olvido




Como a usted, me engañó el olvido, 
fingió se abrazaría a mi mente
y se me escurrió por entre las lágrimas
para sellar su existencia desde mis dedos, 
una y otra vez es eco, 
voz de mis silencios.
Sin usted, el olvido es culpable 
de todo desvarío,
no se atrevió a ser árbol y la indiferencia
es en cambio raíz del recuerdo 
que no termina de secar.
De nuestro árbol se deshojan mis llantos, 
hojas de tinta
que terminan trasportando nostalgias.
La tarde me mira y es una aguda nota 
que se difumina, 
llega a mí su voz si me nombra,
como una gota que cae, estalla... y me rompe.
Usted, señor de todos los recuerdos, 
se ha ido sin poder partir... 
 Y se ha quedado sin estar presente.

Zyanya@
©DERECHOS RESERVADOS

sábado, 4 de mayo de 2013

FRUTO PROHIBIDO




Quien dijo que la tentación se viste de escote 
y calza tacones, no te conocía...
No sabe que eres el fruto prohibido que lasciva disfruto en noches donde el silencio es roto por nuestro ser amante.

Llegaste así, tan silencioso que no pude adivinar tus pasos,
estos fueron cubiertos por una lluvia de estrellas en la noche profunda.
Mis pisadas en el pasto de la pasión no te adivinaron ¡Serpiente! 

Has clavado tus colmillos en mi cuello, deslizando el deseo en mis sentidos e inoculado el veneno de tus labios en los besos que penetran mi boca.
Eres serpiente que se enreda en mi cuerpo cuando tus caminos me viven, eres el fruto de la desnudez sinuosa, del gemido que no logra ser ahogado.

Me penetras en cada mordisco, me hipnotizas con la profundidad
de tu mirada, es vidriosa en ambos cuando me posees y sin voluntad propia me entrego, me rindo, camino tus veredas para llegar a ti y alimentarme de tus ansias, te devoro.
Y en éste alimentarme contigo, no me importa que amar sea prohibido, el cielo y el infierno lo vivo entre tus brazos, en el clímax donde esta entrega nos causa muertes pequeñas.


Zyanya@