El Sello de la Rosa

Un espacio donde podrán encontrar un poco de mis emociones.
Poemas y pensamientos de Laura Zyanya Bastida.
¡Bienvenidos!

viernes, 8 de abril de 2016

Semblanza


Dijiste...
Sí.
Hay que arder en el infierno frío
De tus ojos de fuego.
Mojarse en las orillas de la fuente
de tus deseos para conocer el cielo.
Mil paraísos se guardan en el borde de tus labios.
Y la hondonada de tu beso es un sinfín de benevolencias.
Cálidas, tus manos son mariposas liberadas 
en el jardín de mi cuerpo.
La cascada de mis ansias que viene 
como río abajo por sobre tus hombros,
es una capa de seducciones disfrazadas.
Marmolea esfinge, hay que conocer los recodos
de tu camino para no equivocar el paso, 
y en la promesa de tu silente mirada, caer.
Eres la semblanza total del amor y el deseo.
De la noche creciente y el día moribundo.
Hay que amarte a ciegas para afinarse el tacto.
Para escuchar el arpegio de tus notas liberadas.
De tu explosión inextinguible.

Laura Zyanya Bastida

viernes, 28 de agosto de 2015

Niebla



Tengo herida la memoria

de pasado, se desborda,
sangra recuerdos 
de infancia moribunda.

Pare temores de ausencia 

sin distancia, huérfana,
la vida se une a la muerte.
Le regala mis amores,
me desnuda.

Tiembla mi voz, demudada, 

es un sonido agudo, 
chilla, se agita,
no hay sonido.

¡Qué terrible es la muerte anunciada

que no llega!
Que absurda la vida en fuga
que la espera.

Horizontes negros anegan el paraíso,

la brevedad de la existencia propia,
crece, se anida en la hundida mirada
que nos busca.

No hay oración vacía,

hay cielos sordos 
en la palma de mis manos
que gritan incansables.

Ya no llueve, 

la niebla se extiende,
y el sol se niega a iluminar
los días.

© Derechos Reservados





lunes, 24 de agosto de 2015

En consecuencía



Se pregunta ahora de dónde me ha nacido el coraje para recorrer el despoblado de nuestra historia.

Es, en consecuencia a sus actos, el amor se ha echado al vuelo en otro cielo, ha dejado desiertas mis pupilas y secos mis labios, vació mis manos de él, y ahora, desde ellas escribe la nostalgia.

Álgidos sueños usurpan el verano de mis noches.
Apenas hay reminiscencias en mi memoria.
¡Qué fácil nos desintegramos!

Toda lluvia nos nombra.
Y sin embargo, comenzamos a parir olvidos en forma irremediable.

Zyanya
© Derechos Reservados

domingo, 23 de agosto de 2015

Agonía

Muérdeme con tu silencio
que invade todos mis rincones.
Arremete contra mí sin pausa,
hazlo con el fuego de tu mirada
que antes me incineraba
y ahora me traspasa.

Ya antes he caído
y conozco el sabor del golpe.
No minimices el abandono.
Haz agónico, -más-
el ocaso de tus palabras
que ya no me nombran.

He escuchado tu ausencia
en el rumor del viento.
La brisa besa el sonido
de la noche que crece.
Y yo aquí,
recapitulando sorderas.

Ya no hay gritos,
aun ahora resuenan pasos
que van a ningún lado.
No hay cobro ni miedos.
Vivo, porque la muerte
me niega el abrazo.

Y muero constante,
porque vivir de esta forma
es morir un poco
entre cada respiración.

©Derechos Reservados

viernes, 31 de julio de 2015

Nocturna



Quédame apenas un suspiro
entre las mortajas
que envuelven recuerdos pasados.


Llueve insomnio en este océano
de soledades.
Resuenan sus pasos, y su risa crea eco.


Mil sonidos avivan la noche
como un sol en lo alto.
Tornasoladas voces esperan.


Cielos arden en este infierno
al que han venido a parar
mis huesos que crujen.


Mis vacías manos se llenan
de la nada que cubre todo,
gritan crispadas. Buscan voz, libertad.

Zyanya
© Derechos Reservados 


jueves, 30 de julio de 2015

Explosión




Me quedan ganas de no ser una noche,
de hacerme día en tus ojos de fuego,
contigo arde el silencio, 
y enmudece el grito 
contemplando el infinito.

He descubierto por ti, en mí,
mil sensaciones, 
despiertan al contacto de tu aliento 
que me roza los labios,
y se ausenta de mi boca jugando.

Tú causas maremotos en mi océano,
hay estallidos en el monte de los anhelos,
y el magma de nuestro encuentro
se expande en el reposo.

@Zyanya
© Derechos Reservados

miércoles, 29 de julio de 2015

Silencios



He sostenido el silencio de mi verso
en la búsqueda callada 
de tu voz que duerme,
fui intentando que mis sonidos
no cruzaran el umbral de tus sueños.

Paciente, esperé por tu diáfana sonrisa
para que me ilumine los días nublados,
hoy parece que sólo hay sombras,
y es en el pincel de tu palabra que se pintan 
cuadros en cuyos paisajes vivo.

Me sostiene en pie la última primavera 
que dejaste en mi raíz como promesa,
mi sueño, igual que tu ausencia,
se ha extendido, también el invierno.

El frío sigue calando mis ramas,
helando la higuera que ya no florece.
Lo sé, soy queja al viento,
y el amarte duele. 

La noche no se lleva la presencia 
de tu ausencia,
porque no hay sol sin ti cuando amanece,
y ya cae de mi árbol, la ultima hoja.

Zyanya@
© Derechos Reservados