El Sello de la Rosa

Un espacio donde podrán encontrar un poco de mis emociones.
Poemas y pensamientos de Laura Zyanya Bastida.
¡Bienvenidos!

martes, 29 de octubre de 2013

USTED NO SABE



USTED NO SABE…

Del llanto y la angustia silenciosa
que su actitud desenfadada me dejó como regalo,
de las horas de incertidumbre en que mi alma
buscó respuesta en los vacíos.

No le alcanzó su vestimenta de señor
para brindarme en la palabra la certeza de un adiós.
Cruel e indiferente me iluminó la mirada para después hundirme
en la mas absoluta oscuridad, esa que deja las huellas
de un amor fingido, de una dulzura inexistente.

De las noches de insomnio en que mí hundido sentimiento sacudió a mi cuerpo,
de la sensación de rosa destruida tras la tormenta,
del corazón vencido que en la soledad se estremeció de frío.

Del temor y la desconfianza sembrados como amarga semilla
al perder la inocencia y despertar del sortilegio,
desconoce que mis sueños terminaron siendo pesadilla y
me llevó en un viaje terrible hacia el infierno.

Que la luz surgió de donde menos lo esperaba, en la distancia,
en un cariño que me regresó la risa, la luz en la mirada, la voz en las palabras,
esas que su egoísmo me arrancó de tajo, aquellas que llamó ¡basura!
y hoy son un canto, una caricia, el poema que ese amor despierta,
y por supuesto, a usted, ya no le pertenecerá más.

Zyanya@

martes, 15 de octubre de 2013

Añoranza



 Quería quedarme...

En alguna de las esquinas de sus ojos, en sus arreboladas mejillas que parecían manzanas apenas madurando.
En sus labios que dibujaban un beso sin dirección,
en la ternura de su tacto que descubría todo con temor a romperlo,
quería quedarme en su inocencia infinita que hacía perfecta a la humanidad. 
(Desconocía la guerra)
Justo ahí quería quedarme, en su latido creciente,
en su afinado oído capaz de diferenciar entre el canto de la cigarra y el del grillo,
en sus sueños colgados de la noche a pleno día mientras catalogaba nubes.
En su jardín apenas florecido de ilusiones sin más nombre que el de un mañana que le llegaba con cada despertar, en sus emociones que descubrían el universo y pintaban arcoíris.
Quería quedarme en su boca que se callaba nada mientras decía todo,
en su mirada que se perdía en el azul del cielo tras recorrer el horizonte.
Habría querido quedarme en sus piernas que recorrían distancias por tan solo el placer de ir cada vez más lejos,
en sus saltos bajo la lluvia jugando rayuela.
Y en su olfato que siempre percibía el mar y desconocía el olor del abismo llamado odio.
Sí, quería quedarme en su tiempo, en ese reloj roto y aquella brújula descompuesta
con que media distancia y horas,
en su sonrisa no maliciosa que le iluminaba el rostro.
Y en su infancia perfecta, esa que sin saberlo entonces, comenzaba a alejarse de mí.

Zyanya@
© Derechos Reservados

lunes, 14 de octubre de 2013

Sobreviviendo




Nos despertó la noche que caía hecha lluvia sobre nuestros ojos, 
y como si fuera pleno día, el estruendo acalló las voces y el grito por una independencia inexistente, húmedos dependientes de una naturaleza que reclamó su cauce, el temor se nos alojó desde el silencio roto, lloramos, hubo manos que no lograron asirse, vidas apagadas por un alud de agua y tierra que no detuvo nadie.
Ha sido extenso el dolor mientras el sol crece, horizonte de penas que iban hilándose al silencio de la impotencia mientras el grito empujaba a la ayuda.
La apatía se embarcó en el viaje de la incongruencia, el abuso por momentos coloca muros que es necesario derribar mientras el oportunista cierra los ojos y como hiena ríe.
Llovió en demasía, y  desde los ojos de todo aquel al que se le nubló el alma, aún llueve.
¿Quién ha de celebrar ahora?
Campanadas de pena tiñen un aire rancio que envenena, mientras una cadena humana hace surgir una pequeña luz de entre las tinieblas, generosas manos siembran la esperanza mientras reparan puentes rotos que se requieren para acortar distancias.
La reconstrucción muy lento avanza, la vida va, es necesario valorarla.
Desde hoy sobrevivir es una doble carga, obligado al vivir, hacer de la respiración una obra que la pena valga.

Zyanya@

jueves, 10 de octubre de 2013

Viento





Hubo viento…
Y ha notificado tu ausencia. 
El viento se filtró por la ventana 
de todos los silencios y abrió sus puertas. 
Se ha multiplicado para ser mil voces en un mismo estruendo. 
El viento es espiral de dudas arrojadas. 
 Ha sido faro, ha recorrido esperas. 
Él  ha acompañado a las tormentas.
No se detiene a llorar las pausas,
no arrastra hojas, las ayuda a elevarse. 
Ha invitado al ave herida a seguir volando. 
El viento mueve el tiempo, 
lo dicen las dunas de arena donde deja su huella. 
El viento renueva sonidos, es eco. 
Es una voz que no siempre susurra,
llora contigo si te sabe herido. 
El viento despeina ideas y acomoda recuerdos. 
Es un horizonte empolvado 
por donde se pierde la mirada. 
Es una voz creciente.
cómplice de aves enamoradas, 
las aves trinan al viento, 
él crea de ellas los ecos. 
El viento es noche de nubes arrasadas 
para dejar asomar la luna. 
Es un gigante que sopla sobre el fuego, 
no lo provoques. 
El viento es risa que contagia, refresca. 
Es este último suspiro en fuga
que no se detiene, sigue, te busca.

Zyanya@

© Derechos Reservados