No me niegues la caricia divina
de tus besos alados, el sabor de tu cuerpo
vibrando junto al mío, quitándonos el frío.
La alondra y mariposa hoy reposan en mí,
tu mano en mi montaña, mi mano por tu pecho
los dos en suave lecho, amando el vivir.
El silencio que es roto por tu ansiedad amante
hace que recordarte sea volver a sentir,
¡Bésame el alma vida! Que tras amarte tanto
ya no importa morir…
Zyanya@
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