A decir cosas inciertas sin respaldo de acciones, a caminar sin ruta, enredada a un vestido de indiferencia que no termina de ceñirse a mi alma.
No quiero una esperanza que se funda en la espesura de la noche interminable, un vuelo en cielo raso que no tiene compañía, reír es máscara que cubre una tristeza que los demás ignoran.
Dejaré una estela tras de mí que sea sólo de verdades, no por ser consecuente ante nadie, es porque lo merezco, porque lo necesito, no diré que el amor no duele, ni que me pertenece, no sé amar a medias, ni recorro entre cuerpos regalando mentiras, el amor nunca es falso, el peso de una montaña de silencio me oprimía, hoy con palabras se desgrana y cada partícula es polvo que el viento lleva.
Para no mentirme voy a plantarme frente al espejo, a decirme sin pausa las cosas que me he guardado en calma, enmudecida, dejar de usar esa actitud que parece cierta, que salgan todos los temores.
Que asome de mi la niña que asustada obligué a dormir, al despertar, ya no seré la misma.
Mi voz será llevada al viento y recogerá los pasos de noches pasadas, de desvelos en llanto, entonces, ya no habrá cabida para espantos, conoceré la risa.
Para recomenzar habré de permitir que la montaña de dudas y mentiras caiga sobre mis hombros si fuera necesario, no importa que se desgarre la imagen que hoy me regresa el espejo, la que todos miran, sé que corre sangre por mis venas y hay un alma atrapada en mi cuerpo que casi no respira, tengo que ser capaz de dejarle salir de esta cárcel que nos contiene y ser yo, solo yo y no otra…
Zyanya@
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