He querido
no nombrarte
y ha cedido
mi voz
al peso de tu
palabra
que se
escribe
indolente en
mi piel.
Bajo tu
mirada soy arcilla,
me moldean
tus manos,
mi cielo se
vence
ante ti, dios mortal,
y clamo para
llegar al tuyo.
Se agita y
reclama
mi piel que
despierta
en el
intermedio de
tu aliento
que me derrumba.
Ya no soy la
diosa
que se
guardaba dentro,
hay lluvia de
fuego en tu boca
me humedece y abrasa,
mundana, a
tu pasión me entrego.
Zyanya@
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