(Óleo "Terciopelo Verde" / Mar Sánchez - España)
Amo su parda
mirada cuando desnuda la noche para vestir nuestra cama.
El sutil
tacto de su voz adormecida.
Su aliento de
fuego que es un sol sobre las montañas de mi cuerpo.
Ese niño en
la plaza de mi vientre que se hace hombre cuando la luz se apaga.
Mis manos son
un remanso rebelado si me susurra un beso.
Y ese diálogo
breve que es un arcoíris en su sonrisa plena.
-¿Qué hace tu
lengua por mi espalda? -Pregunto-
-Desabrocharte
el cielo. -Responde-
-¡A cielo
raso hay una mariposa!
-Lo dice su
lengua por mi cuello.-
-Quería
soltar la noche de tu pelo.
Me murmura.
-¿Cuántos
soles guarda tu boca? -Pregunto-
-Sonríe con
sus manos plenas entrelazando mis dedos.-
-Quiero
resucitar el poema contigo, y acariciar el horizonte de tu mirada herida que
llueve.
-Calla,
bésame y duerme.
-Pido-
Y se calla la
calle, y se duerme la noche.
Y el
crepúsculo de su mirada me posee.
@Zyanya
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