Me golpeó porque podía…
Porque no hubo ninguna mano que detuviera su puño, porque cerrar la boca y no emitir quejas era lo que yo mejor hacía.
Me desgarró el alma, y por un costado se me escaparon las emociones, es necesario ya no sentir para fingir que se sigue viva.
Como una cascada me cayeron encima todos los golpes e insultos sin aviso alguno, en el medio de esa tormenta me descubrí como a medio mar, casi ahogada, el pasado se presentó vestido de presente, alguien llora, le escucho al fondo, asustada miro desde la otra esquina, él levanta el puño y se estrella contra su rostro, ella ha dejado de luchar, en esa lluvia de agresiones y gritos que llegan hasta la calle nadie más participa, a nadie duele, la indiferencia se convierte en el puñal que la asesina, el grito ahogado marca mi noche, disipado el alcohol, el valiente deja de serlo y ahora huye…
La orfandad llegó dejando mil heridas y cicatrices que el tiempo no cierra, mi silencio ahora lleva su nombre, es una historia que se repite a cada nuevo golpe, algo en mí se negaba a morir, una pequeña voz crecía y se aferraba a nadar contra corriente hasta alcanzar la orilla.
Sí, él me golpeó porque podía… Y porque mi actitud y la indiferencia de quienes lo sabían, lo hicieron fuerte.
Zyanya@
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