Inmóvil,
ante las ansias por poseerte,
con los sueños húmedos
que me despiertan.
El anhelo que me afiebra la frente
termina atravesando mis labios,
te nombra.
Mis dedos dibujan una figura ausente,
mi sexo sin ti es un glaciar
que se derrite reclamando tu presencia.
Para vaciar en ti mis aguas,
para dejar arder mi fuego,
cierro los ojos...
A oscuras, tu cuerpo
me recorre sin tregua,
aún en la distancia me posees.
Cabalgas la esencia
de mi piel, y así, sin limite,
te pertenezco.
Zyanya@
Hermoso!, me recuerda a un poema que hizo mi hermano (que escribe muy bien por cierto), llamado: colección de poemas eróticos.
ResponderEliminarFantástico!
Tendremos que pedir a tu hermano me permita asomar en sus poemas eróticos...
ResponderEliminarGracias por la huella de tu presencia.