El Sello de la Rosa

Un espacio donde podrán encontrar un poco de mis emociones.
Poemas y pensamientos de Laura Zyanya Bastida.
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domingo, 13 de enero de 2013

CON LA SOLEDAD



Uno se acostumbra a la soledad, a los pasos pequeños, a los silencios largos, al tic-tac incansable de un reloj sin tiempo...


Con cuanta facilidad se deja de mirar los horizontes, las hojas que caen en otoño y los brotes que surgen en la primavera. Respirar se vuelve tan cotidiano que algunas veces no le damos importancia al ritmo que nos permite la vida, al rayo de luz reflejado en el charquito que ha dejado la lluvia en una tarde sin viento.
¿Cuántos "te quiero" se han quedado sin voz?¿ Cuánto hemos dormido con los ojos abiertos? ¿Cuántos sueños han sido condenados a no ser más?
Ir sin ruta hace sentir que se está en el mismo sitio pero corriendo siempre, hacia todos lados sin llegar a ni ningún lugar.
La prisa por cosas que jamás nos llenan y siempre nos vacían... El tiempo sin tiempo para todos los que importan.
Con tanta carga de cosas inservibles se nos arquea la espalda, y nos ocupan los brazos que se olvidan de sostener al que cae, de abrazar a quien nos espera siempre soñando que un día al fin será diferente.
Y los días se van, y el tiempo no vuelve...
¿Cuántas olas de mar hemos dejado de mirar porque tememos mojarnos los pies si pisamos su orilla?
Entre el bullicio incesante dejamos de escucharnos, el corazón nos grita y lo ignoramos casi siempre.
Hay tantas montañas que nos esperan, no para ser conquistadas, sino para contemplar desde ellas las maravillas que aún se extienden en el horizonte... Y nos hemos vendado los ojos, porque "ojos que no ven..."
¿Hace cuánto no respiramos un amanecer por el simple placer de hacerlo a solas?
La soledad no es un lastre, es una voz cierta cuando uno se permite asomar hacia dentro, es un espejo limpio y un cuaderno en blanco donde mucho se puede anotar.
Con la soledad como compañía, llorar es tan valido como reír cuando no hay otra forma de gritar una pena o compartir una alegría, lo no permitido, es levantar muros que nos aíslen, crear un mar y permitirnos el naufragio, aferrarse a una soledad malentendida, y que en ella nos ahoguemos porque no hay una mano que nos sostenga, un muelle hacia el cual nadar, o una isla donde antes ya hemos ayudado a llegar a otros.

Zyanya@
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